viernes, 28 de marzo de 2014

Diez años sin Papá.

Hoy 28 de Marzo, se cumplen diez años de la partida hacia el Cielo de mi papá Jorge Ángel.
Así como nunca imaginé su fallecimiento inesperado jamás pude ni quise pensar en cómo me sentiría tras una década de su deceso.
Diez años son más de 3650 días, muchos, demasiados para el abrazo que falta, para el llamado que ya no llega o el consejo que ya no se oye (pero si que entra, que se canaliza por otros medios).
Es la hora de recordarlo, de sentir en el cuerpo sensaciones difíciles de explicar. 
Hoy -pese a esta fecha- me siento triste pero tranquilo, como habiendo procesado buena parte del dolor, aunque tengo claro que nunca se va ir por completo.
Son estos sucesos los que marcan la mejor y la peor señal del paso del tiempo, inexorable para todos.
Pero, entre la tristeza y la melancolía están las alegrías, esos momentos que solamente un ser humano, una familia sabe que ha vivido y atesora para siempre. Yo, nosotros mejor dicho, con vos tenemos muchos, muchísimos.
Gracias por todo lo que nos hiciste y nos haces vivir, por haber dado siempre tu apoyo, por dejarnos ser aunque tus preferencias fueran otras, por haberme enseñado a competir sin presiones, sin que tus objetivos incumplidos formen parte de la mochila que todos llevamos a la carga.
Una vez, hace ya muchos años en la playa junto a los pibes del secundario nos pusimos a hablar de nuestros padres, de nuestra gratitud, de sus yerros, de qué cosas cambiaríamos de ustedes y como si estuviera reviviendo ese momento ahora, yo les dije a ellos: que si tuviéramos otra vida y la gracia Divina nos permitiera elegir a nuestros Padres yo los volvería a elegir a ustedes siempre: a vos y a Mamá Ana María.
Con la remera que vos Pa, hacías los asados voy a terminar este escrito que bien no puedo describir pero por eso todas las cosas es un mensaje más de agradecimiento a tu paso por este planeta donde yo y Álvaro tuvimos la suerte de ser tus hijos.
Una vez más ¡GRACIAS Y HASTA SIEMPRE!!
Alejo