viernes, 30 de noviembre de 2012

Hace ya treinta años

Se marcha entre lluvias y el sol noviembre de 2012. 
La vorágine del mes hizo que llegara hasta último momento para escribir sobre los recuerdos que treinta años atrás sucedieron. 
El sábado 13 de noviembre, de hace ya largos treinta años, tomé la primera comunión junto a mi hermano en la parroquia San Idelfonso. Fue una emoción fuerte, tras dos años de preparación, mil imágenes que vienen a mi mente: la previa, la ceremonia, el silencio de la iglesia, la posterior fiesta con todos nuestros amigos y toda la familia, tanta cosas bonitas.... Necesitaría, creo en este instante, otro mes para narrar la catarata de sensaciones que vienen a mi. Fue una tarde noche muy especial para mí, para mi hermano, mis padres y todos los presentes. 
Mientras ese hecho trascendente sucedía, tenía la suerte de jugar en varios sábados sucesivos por primera vez el torneo Escolar de la ciudad de Buenos Aires, un evento donde comenzábamos 50000 chicos de la ciudad y llegábamos solamente 150 a la final. El mismo día 13 había tenido dos partidas tremendas contra dos hermanos Fascowicz y aunque pude ganar ambas tuve que lidiar muchas horas. De esa forma quedé puntero con D¨Iorio con 6/6 solamente ambos. 
El 20 de noviembre a las 9.30 hs, otro sábado de tensión, jugando la partida decisiva. Recuerdo al maestro Corte diciéndonos que debíamos apurar el ritmo y luego en el blitz imponerme al alto y rubio rival (que iba a séptimo grado mientras yo lo hacía en quinto). Había llegado a 8/8 y mi seguidor a 1 punto. 
El 27 de noviembre fue un solo juego; el definitivo. Contra un chico de apellido Castro, al cual vencí otra vez de negras como en la séptima fecha, otra siciliana tensa y luego la emoción final del 9/9. El abrazo de mi papá, mi mamá, mi hermano, mi tío, etc etc. Luego vinieron los festejos, los regalos y la alegría en el colegio con mis compañeros que tanto me apoyaron. De hecho el querido Pablo Scorofitz hizo también una gran actuación en la final con 6,5 puntos. Fue algo indescriptible, que nunca más volví a sentir con tanta intensidad. 
El encuentro con Dios, la niñez, el apoyo de la familia, la alegría del ajedrez: uffff ¡cuántas cosas bonitas!! Y han corrido el agua bajo el puente durante tres décadas. ¿Podía olvidarme de recordarlo? Me parece que no, por eso estoy aquí, a las apuradas, posteando un pedacito de mi existencia, de los momentos lindos de la vida, esos que uno quiere que nunca terminen por completo. 

 Alejo de Dovitiis © 2012

viernes, 26 de octubre de 2012

Another Robert!

El viernes 19 de Octubre de 2012 quedará grabado en mis retinas no solamente por haber salvado una partida perdida contra el gran maestro y amigo Diego Valerga en el Campeonato Continental sino por que, al lado mío, mi ex alumno y amigo Robert Hungaski, también sufriendo y con el mismo color de piezas, obtenía un meritorio empate frente al GM Rubén Felgaer y con ello su norma definitiva de Gran Maestro: un sueño hecho realidad. ¡El primero de mis discípulos en llegar al título máximo!!

La partida "del título de GM"

Recuerdo cuando en el año 1999 un nene rubio de doce años pugnaba por sumarse a la simultánea con reloj que yo iba a disputar contra los seis mejores juveniles del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, no era su turno, pero tenía voluntad por mejorar y ya se notaba que amaba al ajedrez. Cuatro de los que disputaron ese juego: Maxi Vazquez, Mariano Speranza, Nico Fiori y Héctor Fiori también quiso el destino que conjugaran su tiempo conmigo aquella noche del viernes 19.  Luego vinieron los abrazos, el festejo, el desahogo por tanto esfuerzo coronado en un merecido título.
Alguna vez en medio de una clase me dijo: -"¿Cuándo haré más del 50% en los torneos abiertos?" o aquella otra que preocupado sentenció: -"Con los maestros fuertes solamente logro hacer tablas". Atrás quedaron esas sentencias de duda, típicas de un joven en evolución.
¿Y cuándo se preparó con todo para el Panamericano sub 16 del 2003 en Bogotá? Arrancó con 1,5/4 y recuerdo a su mamá Claudia llamándonos de Buenos Aires a ver qué le sucedía a su hijo. Como no había una explicación ajedrecística tras cada charla técnica, antes de cada juego, yo le daba a Robert la lapicera con la que había obtenido el tercer puesto en el campeonato Argentino Superior del 2002 y tras recordarle lo que para mi significaba ese objeto él se iba a jugar. ¡Ganó las cinco ruedas restantes y pasó del lugar trigésimo a cuarto!
¡Cuánto tiempo hablando del GM Lombardy, de su visión sobre Fischer, Evans, etc! O la reciente visita que hizo al gran Ulf Andersson en Suecia, vivencias únicas que supo contarme con afecto y alegría por lo que le había tocado vivir. Y pensar que quería dejar el colegio y ahora no sólo es gran maestro sino que ha hecho la carrera de Relaciones Internacionales en Estados Unidos...¡Qué bien!
Antes de pasar a su partida (donde osé "meter la cuchara" a sus comentarios) un párrafo aparte y grande para nuestro profe en común Gustavo Del Castillo que le enseño a querer el juego ciencia antes que yo y otro muy especial para su madre Claudia, su padre, sus queridos abuelos ¡y sus infaltables perros de la casa materna!
Alguna vez leí de Dvorestky que era imporante que sus alumnos fueran buenas personas. Yo puedo sentirme afortuanado en ese aspecto y Robert es una excelente muestra de tal aseveración.
¡Felicitaciones Gran Maestro Robert!

Alejo de Dovitiis © 2012

lunes, 27 de agosto de 2012

"Señores yo soy de la UBA"

Entre los muchos recortes que guardo para leer y releer vuelve a mis manos uno del Suplemento Enfoques de la Nación del día domingo 7 de Agosto de 2011 denominado "UBA 190 Aniversario: Luces y sombras de una pasión argentina"
Hace mucho tiempo vienen rondando en mi cabeza muchos temas y uno de ellos es escribir precisamente sobre la Universidad de Buenos Aires (UBA), la casa de alto estudios que me dio la oportunidad de estudiar gratuitamente y obtener mi título de Abogado especializado en temas económicos y empresariales.


Mucho más allá de mi agradecimiento hacia la Institución me nace volcar en algunas líneas lo grande que ha sido y es la UBA dentro de la historia educativa no ya de la ciudad de Buenos Aires, sino de toda Argentina (sin olvidarme de la enorme cantidad de estudiantes extranjeros que ha albergado en sus aulas).
Fue fundada por decreto del 12 de Agosto de 1821  del entonces ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires Bernardino Rivadavia para hacerse cargo de toda la educación impartida en la provincia de Buenos Aires en los niveles primario, medio y superior. Sus números hablan por sí sólos de la magnitud de este centro de estudios: 320.000 alumnos, 35.000 docentes, 12000 no docentes, más población que algunas provincias argentinas. Cuenta en su muy completa oferta educativa con 89 carreras de grado, 24 carreras cortas y tecnicaturas y 359 carreras de posgrado.
Ningún conflicto político, de rebaja a su presupuesto ni de ninguna otra especie ha podido derribar el poderoso monumento educativo que la UBA simboliza.
Cuando uno pisa cualesquiera de sus facultades ve desde la grandeza arquitectónica una fiel imagen de lo que ella significa en el campo de la Educación: posee 3 Centros de Estudios Internacionales: 40 Institutos de Investigación (18 propios y 22 con el CONICET); 4 Escuelas secundarias; 13 Facultades y el Ciclo Básico Común; 14 Museos; 1 Programa de Educación a distancia (UBA XXI) y otro de Educación en cárceles (UBA XXII); 6 Hospitales; 1 Editorial (EUDEBA) y el Centro Cultural Rojas.
La ciudad de Buenos Aires irradia entre sus luces muchos rayos de tono cultural y en esa movida interdisciplinaria, continuada y cosmopolita yace la Universidad de Buenos Aires quien de manera permanente da vida a múltiples actividades culturales.
Entre recursos que genera y los que le vienen del Estado, la UBA recibe unos 3.000 millones de pesos al año. ¿Poco, mucho? ¿Más qué años atrás? Como sea, siempre adelante, continuando con su rutina educativa y científica en pos de un país mejor, sobre todo que piense más. No por nada cinco premios Nobel pasaron por sus aulas: Carlos Saavedra Lamas (profesor de la Facultad de Derecho), Premio Nobel de la Paz 1936; Bernardo Houssay (profesor de la Facultad de Medicina), Premio Nobel de Fisiología 1947; Luis Federico Leloir (profesor de la Facultad de Medicina), Premio Nobel de Química 1970; Adolfo Pérez Esquivel (ex alumno de la UBA), Premio Nobel de la Paz 1980 y César Milstein (profesor de la Facultad de Medicina), Premio Nobel de Medicina 1984.
 ¡Demasiados temas podrían tratarse en torno a esta Universidad! Tantos que mi pluma ni mis conocimientos podrían abarcar.
Luego el destino me llevó a hacer una Maestría en Derecho Empresarial y un MBA en la Universidad de Palermo (de la cual guardo buenos recuerdos también) pero, no es lo mismo, en la UBA he vivido momentos muy intensos, he aprendido muchas cosas y por sobre todo a quererla por lo que significa para la Educación (vocablo que siempre debería ir con mayúscula) de mi País.
En una ocasión de una entrega de premios en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, nos regalaron a los integrantes del equipo de ajedrez que habíamos obtenido la medalla de oro en la Olimpíada Universitaria Nacional una remera que rezaba: "Universidad Pública y gratuita siempre". Esa prenda se ha gastado con el paso del tiempo pero sigue allí en mi cajón de ropa y su mensaje bien metido en mi mente. Valoro la educación privada pero pondero por encima de todo a la ineludible tarea del Estado de brindar una Educación Pública y Gratuita (con premeditadas mayúsculas).
Yendo o regresando de las Olímpíadas en Santa Fé, en Mar del Plata o donde sea, tras perder o ganar en ajedrez, fútbol, basket etc, aún retumban en mis oídos los compases del siguiente estribillo: "Señores yo soy de la UBA y siempre lo voy a seguir, nos ch... un h... La Plata, nos ch...un h...Tandil; por eso le pido a esta gente, que aliente por esta pasión, la UBA la llevo en el alma y en el corazón". Por favor, con sumo respeto a la gente de La Plata, Tandil y de todos los lugares del país. Simplemente era un canto de aliento, no de guerra, entonado con el alma, con todas las energías que nos quedaban y aunque tal vez al día siguiente cada uno de nosotros tuviera que regresar presurosos a rendir un tremendo examen en nuestras respectivas Facultades.

Alejo de Dovitiis ©2012

viernes, 11 de mayo de 2012

Salú Caloi

Un martes casi de verano, a pleno sol, inusual para un 8 de Mayo, se nos fue Caloi al Cielo.
Quedan Bartolo, Clemente, el hincha de Camerún y tantas otras creaciones de un dibujante que graficó cosas muchos más trascendentes que sus meros y brillantes personajes.
¿Dónde andará aquel dibujo de puño y letra que estaba pegado en la pared de mi cuarto? Ese "Salú Alejo" que me regalara Caloi por intermedio de mi compañero de primario Maxo Velázquez me quedó grabado a fuego en el corazón y aunque mi trazo para dibujar en muy pobre, casi que podría retratar a ese Clemente futbolero con el pañuelo en la cabeza, presto para ir a la cancha.

Me acuerdo de esperar las nuevas canciones del Mundial 82, donde el negro de Camerún eclipsó todas las simpatías con su hueso en la cabeza y su "Bu rum bum bum". Voy a contar que grababa esos temas en una cassetera Winco y la piel y mis sentidos experimentan una vuelta al Paleolítico, pero así era nomás.
Y volviendo al gran Carlos Loiza, por siempre Caloi, ¿se puede entender que un hincha de Ríver haga a su "hijo de las caricaturas" -Clemente- de Boca Juniors? O mucha grandeza o bastante amplitud de criterio a la hora de haber tomado semejante decisión.
Desde aquí, con humildad vaya mi recuerdo a un hombre que vive; vivirá en sus creaciones y además recreó muchos momentos felices de quienes ya contamos con algunas décadas.
¡Chapeau Caloi, maaestro!!

viernes, 2 de marzo de 2012

Re cuerdos

Parado en un punto indefinido del Universo contemplo el horizonte mientras el viento me acaricia. Pretendo descansar la mente pero, sin quererlo, me incita a meditar.
Recuerdos, proyectos, ilusiones, tristezas y demás pensamientos vienen a mi sin que yo los haya llamado.
Me acuerdo que una vez leí a un famoso escritor/ajedrecista escocés decir que el pensamiento es un pecado capital porque, por un lado te vuelve un ser racional y, por el otro, invade tu cerebro en todo momento interfiriendo lo que sentías o tal vez interrumpiendo esa "desconexión" que cada tanto tan bien nos hace. ¿Será así?
Hoy, 2 de marzo de 2012, no es para mi un día más, mas se que, como cualquier otro, tendrá veinticuatro horas y sus vaivenes propios. Simplemente si cabe, habré de afrontarlo y vivirlo como lo que es.
El sol ya se orienta distinto, sus rayos no caen tan perpendicularmente sobre el hemisferio Sur, son los albores del otoño.
Marzo es, a todas luces, el mes de la vuelta a la gran actividad laboral y escolar. No importa ya que el clima sea más agradable, menos agobiante. Las sensaciones de calor, cansancio y atosigamiento vienen del trabajo, los horarios y no precisamente de la temperatura y la humedad.
Es lo momento de precisar un organigrama de tareas semanal que durará, casi inexorablemente, hasta entrado el mes de diciembre.
El año calendario que tan lento se movió entre el 1 de enero y el singular 29 de febrero ahora ha tomado velocidad y uno debe adaptarse a ello, le guste o no.
Del calor hacia el frío, de las tonalidades verdes hacia las amarillentas, de los rayos radiantes a los tenues del sol, de las jornadas de plena luz a la oscuridad cada vez más intensa: en fin, una ida y vuelta de sensaciones que, por medio de los distintos sentidos, estimulan a cada ser humano.
¿En el hemisferio Norte será al revés? ¿Cómo lo vivirán cerca del Ecuador dónde no hay cuatro estaciones con cambios significativos? ¿Será siempre los mismos colores y aromas que regala el paisaje? Dudas que me surgen al Sur del cielo.
Mientras Cristina quiere reformar el Código Civil pero no puede arreglar los trenes; Macri se contenta con hacer miles de avenidas doble mano en vez de ir a la solución de problemas de mayor calibre y Scioli se preocupa porque los adolescentes puedan faltar las veces que quieran al Colegio y no queden libres, no sea cosa que tener ciertas responsabilidades les cree un trauma en plena etapa de la pubertad, yo sigo aquí liado como la Presidente con los informes guardados de TBA, dubitativo como el Intendente con el subte e intentando no caer en las conductas de libertinaje a las cuales el Gobernador me tienta. Ni hablar que bueno sería poderme aumentar mi sueldo alrededor del 100% y orillar los 10000 dólares por mes, emulando a Cavallo, como hacen los legisladores que aprueban 300 proyectos a fin de año en dos días pero se aumentan las dietas a principio, aún antes de empezar las sesiones ordinarias de su trabajo parlamentario.
En fin, aunque los balances suelan cerrar al 31 de diciembre, se me ha ocurrido cerrar un trimestre al 2 de marzo (que más bien debería ser un bimestre).
Perdón por los divagues, gracias Dios por los recuerdos y momentos vividos.
No reniego ni lo haré del pasado, lo disfrutaré en su justa medida, atesorando todo lo bueno y aprendiendo a convivir con lo negativo.
A seguir con fe para adelante ya que "al volver la vista atrás, se ha de ver la senda que jamás se ha de volver a pisar". Buen marzo para todos.

Alejo de Dovitiis © 2012

jueves, 16 de febrero de 2012

El entrenador desentrenado

No hay peor alumno para un coach que su propia persona.
Se supone que justamente sería fácil conducirse a uno mismo pero, en muchas ocasiones, resulta la tarea más ardua de todas. ¿Necesitaré un entrenador? Realmente sería más que oportuno, mas cuestiones de tiempo y económicas hoy me lo impiden.
Debo poner en práctica mi método (¿tengo uno integral?) en mi propia piel y ver que sucede. Si sale mal tengo a quien echarle la culpa: ¡a mí!
A ver, por ejemplo: el caso de las aperturas es paradigmático. ¿Por dónde empezar? ¿Y cómo? He leído libros excelentes pero muy fundamentalistas que me parecen ayudan mucho y sencillo pero no colaboran a la hora que uno piense y...el ajedrecista debe sí o sí reflexionar mucho. Se supone que las enciclopedias y bases de datos sirven, pero (y siempre hay un pero) conviene usarlas una vez entendido lo que se pretende incorporar a su repertorio. ¿Entonces? Pues creo que no me queda otra que agarrar el lindo tablero que me regalara un ex alumno y empezar a mover las piezas despacio y pensando para comprender lo que sucede.
¿Qué hacer con el medio juego? He reinstalado viejos programas rusos que me sirven de mucho y he notado que mi cerebro -oxidado y todo- no ha respondido tan mal a las exigencias de esos extraños muñecos que los europeos del Este ponen a la hora de ponerte a prueba. Pero claro, desde ya que se necesitan libros, partidas propias y analizarlo mucho todo, todo. ¿Sobreviviré a tanto? Uhmmm no lo creo.... Me parece que el libro de Marin Aprenda con las leyendas debo verlo en profundidad al igual que seguir con el fabuloso Usted juega de Franco.
Y por el lado de los finales....ay ¡Mi Dios! Tengo buenos libros y de tan maravillosos que son termino por admirarlos antes que leerlos. Por caso, tengo un que me llegó de Europa del IM norteamericano Jeremy Silman que es estupendo y prometo leerlo pero voy tan lento que sus más de quinientas hojas me llevaran más tiempo que a Miguel Ángel pintar La capilla sixtina.
Mientras sigo debatiéndome entre el entrenador y el jugador (el primero reta al segundo para que tome velocidad) he de ponerme con un libro americano de aperturas de Alburt y Dzindzichashvili. ¡Hacen las cosas tan sencillas los americanos! Todo, al leerlos, parece too easy pero luego frente al tablero el asunto se me pone castaño oscuro.
¿Creen ustedes que ésto es una queja, un relato desencantador? No, es una señal de leve despegue que pretende, en el fondo de todo, darles -si humildemente me permiten- un consejo: organicen bien su método de estudio antes de empezar y una vez que han "zarpado" no duden, a lo sumo vayan corrigiendo el rumbo acorde a las viscicitudes del mar.
Que les sirva y a mi también, espero nos tengamos informados.
¡Gracias! Y los relojes ya están marcha....

Alejo de Dovitiis © 2012

domingo, 22 de enero de 2012

Las quejas del Gran Arturo

El pasado domingo 15 de enero, en la última nota de la revista La Nación, el escritor español Arturo Pérez Reverte -autor de La tabla de Flandes y persistente aficionado al ajedrez- se quejaba sobre la falta de ajedrez en las escuelas españolas en su artículo Sobre niños, vida y ajedrez cuyo link procedo a pasarles: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/609/sobre-ninos-vida-y-ajedrez/.
Me gustado mucho este párrafo de la citada nota: "Después, los cuadros blancos y negros, las piezas en sus escaques, me ayudaron a entender mejor el mundo por donde eché a andar temprano, mochila al hombro. Gracias al ajedrez, o a los perfectos símbolos que lo inspiran -repito que soy jugador mediocre, a menudo torpe-, encajé de modo razonable el miedo al aguzado alfil, el horror de la torre devastadora, la soledad del peón aislado en su casilla, los cuadros blancos, negros, fundidos en grises, de la turbia condición humana".
No caben dudas del amor al ajedrez que tiene Pérez Reverte y de su poca imparcialidad en el análisis (cosa que a mí también me sucede al escribir estas líneas) pero en muchas ideas pone el acento sobre las íes. Veamos:
La clase política que dirige mi país (y la de la gran mayoría) no ve al ajedrez como un deporte y si lo piensa así, no lo cree masivo, merecedor de un gran apoyo. No suma votos el ajedrez, tal vez porque quienes estamos inmersos en él no lo sabemos vender (explicitar sus ricas cualidades).
La clase dirigente del ajedrez no se preocupa demasiado por el ajedrez en las escuelas, prefiere el ajedrez federado y que los colegios con sus profesores "hagan sus labores" sin molestar la de ellos (no sea cosa que los padres de esos infantes decidan que participen en el ajedrez escolar y no en los campeonatos argentinos). Lo que no entienden - a mi modesto entender- es que el ajedrez escolar es formativo y aparte de engrosar el desarrollo humanos de los niños, prepara a quienes los deseen para insertarse en el ajedrez competitivo, es decir, la escuela formará humanos, algunos de los cuales, serán grandes ajedrecistas y el resto tendrá la dicha de haber practicado una acción lúdica que, sin saberlo, le hizo mejorar su capacidad de razonamiento.
Los profesores nos ocupamos de nuestra "quintita" y si alguien osa tocar nuestro huerto ¡zas! le damos rápido un empujón u obramos en consecuencia para que ese "invasor molesto" salga despavorido. Yo debo estar inmerso en ésto, seguro, pero suelo destacar la tarea de otros profesores que desde el casi anonimato realizan una labor estupenda. ¿Conocen muchos lo qué realiza Andrés Koslab con los niños en Pico Truncado (Santa Cruz) a 2000 km al sur de Buenos Aires? ¿Sabrán algunos que el profesor Alberto Ganín trabaja de manera sobresaliente con niños de dos provincias en Ceres (Santa Fe) y Selva (Santiago del Estero)? Podría dar muchos ejemplos más y me quedaría corto, sin embargo, recuerdo con cuando con el MI Enrique Scarella, amigo y brillante profesor, quisimos hacer lazos con otros profesores de Argentina vía internet ninguno fue capaz de sumarse a la movida ¿y entonces? ¿Hay miedo a qué si mis alumnos ven otras ideas, otros profesores, dejen de "pertenecerme"? Una de las primeras cosas que les digo a alumnos que empiezan a trabajar conmigo y ya tiene profesor de antes es que nunca dejen de consultar y aprender de sus primeros maestros.
Los padres piensan en ¿qué será lo más rápido y eficaz para que mi nene sea campeón? olvidando que el juego tiene un raíz formativa de la personalidad, del ser humano que es cada uno de sus hijos. Muchos progenitores cuando buscan un profesor para sus hijos preguntan ¿Y este Fulano a quién tiene de alumnos, lo ha sacado campeón? ¿Y qué sea buena persona, que le inculque buenos valoress? Uhmm, eso es materia pendiente.
Los niños, o al menos vengo viendo ésto desde hace varios años, se interesan poco por aprender ajedrez, por conocer sus secretos, por amar sus historias, por sentirse parte de un juego infinito, que pueden usarlo en el futuro como una ciencia o hasta practicarlo como si fuera un arte donde su propia creación tendrá una valor espiritual único. Si ven a una gloria como el gran maestro Oscar Panno piensan en alguien que fue muy bueno, pero que ya no vale la pena aprender de él, consultarle ¿para qué?: lastimoso. Muchos de los mejores infantiles, cadetes y juveniles participan en abiertos pero no van a las brillantes clases del gm Valerga o del gm Slipak. Si total entran a argedrez (una web de mucho valor por cierto) y ven que juega su ocasional rival y después le ponen al Fritz (Houdini, o el programa que sea) una variante para que me diga como jugarla y listo... No intentan formarse aunque sea para competir, prefieren jugar por internet, torneos rápidos y creerse que "saben todo" hasta que algún experimentado ajedrecista les hace ver sobre las sesenta y cuatro casillas cuán lejos de la realidad están.
No debo olvidarme del segmento maestros, que muchas veces pregonan por su profesión pero no siempre obran en consecuencia. El ajedrez argentino puede y debe estar mejor, lo merecemos todos. Suelo pedir a mis colegas que se acerquen a los aficionados, no que sean una élite que se aparta y practica un ajedrez diferente. En esa pirámide que los halla en su cima hagan que los de abajo suban y todos el masa ajedrecística se moverá en consecuencia.
¿Qué nos queda? Mirarnos un poco cada uno al espejo, mejorar desde lo individual para provocar el ascenso en conjunto. Han pasado sesenta años desde la gloriosa década del 50 donde fuimos tres veces subcampeones olímpicos. ¿Volveremos a eso? No lo se, pero al menos intentemos crecer, cambiar. Entre todos podemos y ojalá lo logremos.

Alejo de Dovitiis ©2012