domingo, 30 de marzo de 2008

El negocio del mes: No caer en crisis

En 1866 Bancos londinenses sufrieron una crisis que los condujo a la bancarrota empezando por los más grandes y llegando a los más pequeños como efecto dominó. Fue entonces que se decidió que el Banco de Inglaterra se convirtiera en una especie de Banco Central, es decir, en ser el prestamista de última instancia que asegurara la liquidez de la plaza financiera.

En 1890 la Banca Barinas cayó en quiebra producto de sus inversiones en Argentina y por esa razón se creó un fondo de rescate en el imperio Británico.

El crack de 1929, iniciado el jueves negro del 24 de octubre hizo que las acciones de Wall Street cayeran un 13% desinflando la burbuja especulativa que a principios de los 20 hizo robustecer a nuevas industrias como las radiofónicas o las automotrices. Ya en 1932 las acciones habían perdido el 90% de su valor y recién hacia 1954 el Dow Jones pudo equipararse con sus niveles de 1929, claro que en el medio la economía norteamericana había dejado a un tercio de desempleados. El New Deal impulsado por Roosevelt recuperó lentamente la economía norteamericana pero los mercados bursátiles y financieros quedaron firmemente regulados desde entonces, ya no cupo más el mercado de competencia perfecta.

La crisis del 29 pegó fuerte en todo el mundo y Argentina no quedó ajena al fenómeno pero a la crisis económica se sumó sus graves problemas políticos que la sumergieron del primer concierto mundial a lugar mucho más mediocres, los que se fueron acrecentando con el correr de las décadas.

En 1985 las sociedades de ahorro y préstamo cayeron en desgracia y el rescate del tendal dejado por las mismas fue millonario. Pero en 1987 un descenso del 22% de las acciones hizo temblar al mundo financiero en medio de compras de compañías con dinero salido de préstamos y con filtraciones de informaciones confidenciales que infectaron el mercado. Ese temblor no fue tan violento como se pensaba pero también dejó buenas enseñanzas. Por esa época el Plan Austral fallaba en Argentina, la falacia de un 1 peso a 0,80 de dólar daba paso a la verdad y una nueva gran crisis afectaba a los argentinos.

En 1989 la crisis Argentina fue más grave y el país cayó en la hiperinflación de la cual solo empezó a salir tras el plan de Convertibilidad de 1991. Otra vez y por varios años un dólar igual a un peso, pero la industria sufrió la invasión masiva de productos importados y el modelo cerró desde lo macro pero nunca desde lo micro.

En 1997 y 1998 la crisis asiática, la cesación de pagos de Rusia generó una crisis financiera mundial de la cual otra vez Argentina se llevó una nueva lección: el “modelo” económico no podía soportar los temblores que venían desde distintos sectores del Planeta.

En el 2000 “la fiesta bursátil de las puntocom” llegó a su fin y el índice Nasdaq cayó casi un 80% debiendo la Reserva Federal salir al cruce a apagar el incendio.

Argentina nuevamente fue a la debacle en el 2001 para luego iniciar un modelo productivo con un dólar alto muy contrario al que estaba en esos momentos.

Ahora se ha presentado una crisis hipotecaría en Estados Unidos y la recesión comienza a golpear a países europeos como España e Italia mientras Argentina parece estar en un momento macro económico bastante bueno.

La crisis del Gobierno con el Campo y otros conflictos pueden agravar la situación y transformar este buen momento en otro quebradero de cabezas. ¿Sabrán leer las muchas lecciones de la historia los gobernantes y economistas nacionales?

El mejor negocio para una Nación en crecimiento es resolver sus problemas y ajustar su economía para fortalecer su modelo productivo. Ahora resto esperar si los dirigentes estarán a la altura de las circunstacias.

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